degustaré mi triunfo,
brindaré en la quietud reinante
sobre el férvido deseo
del agónico amor que ya expira
en la penumbra coronada
por el ruido punzante de tus manos
que estrujan los madrigales.
Me extasiaré
en el dulce recuerdo de tus labios
que bebieron ávidamente
las mieles de mis senos.
De tu boca bendita
que royó con anhelos desbordados en locura
una y otra vez las depresiones de mi cuerpo.
Me embriagaré en la nostalgia
y la suavidad de tus dedos
presionando la válvula de la fuente
que dejó escapar generosos
fluidos que bañaron concupiscentes
tus quimeras y las mías.
Y te llamaré:
Libídine.
Amor distorsionado,
figura de Picasso.
Quedó plasmada tu imagen
en un lienzo echo girones,
luego petrificada y demolida,
extraña mezcla de polvos
pictóricos cerúleos y ambarinos.
Brindaré y me deleitaré en mi triunfo,
Mientras ahogas entre tus manos
los madrigales.
VIDA.
No hay comentarios:
Publicar un comentario