No te obsesiones cada día tratando de ser feliz. No tomes decisiones solo pensando en cuáles te harán vivir mejor y no te pongas como meta una felicidad inconcreta y lejana.
Vive cada día como si fuera el primero y el último, apasiónate, descubre en los demás posibles amigos en potencia y trata de hacerte merecedor o merecedora de esa amistad.
Al final de tu tiempo, y sin darte cuenta, cuando repases tus días, habrás logrado el ansiado tesoro que buscabas.
~ Felipe de Urca
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