Te sentiste perdida y atrapada
en un laberinto sin posible escape.
El sol candente lo pensaste opaco
y cualquier optimismo lo apartaste.
en un laberinto sin posible escape.
El sol candente lo pensaste opaco
y cualquier optimismo lo apartaste.
Los días de promesas compartidas
eran tan solo un sueño irrealizable.
Ya el cielo no era azul sino grisáceo
y aquel futuro ansiado, inalcanzable.
eran tan solo un sueño irrealizable.
Ya el cielo no era azul sino grisáceo
y aquel futuro ansiado, inalcanzable.
El timbre sonaría de otras manos,
la puerta se abriría para otros
y aquellas dos estrellas elegidas
brillarían con luz de cristal roto.
la puerta se abriría para otros
y aquellas dos estrellas elegidas
brillarían con luz de cristal roto.
Muy duro y lento fue el camino inverso
para llegar a salir del laberinto
y aunque el mundo careciera aún de colores
fuiste trepando las paredes del abismo.
para llegar a salir del laberinto
y aunque el mundo careciera aún de colores
fuiste trepando las paredes del abismo.
Y un día simplemente un sol brillante
entró por la ventana de tu cuarto,
volvió el cielo a ser azul y tu mirada
borró las tintas de aquel mundo opaco.
entró por la ventana de tu cuarto,
volvió el cielo a ser azul y tu mirada
borró las tintas de aquel mundo opaco.
Y fue entonces que al llegar la noche
buscaste dos estrellas rutilantes,
allí estaban diciéndote que nunca
te apartes de los sueños ni un instante.
buscaste dos estrellas rutilantes,
allí estaban diciéndote que nunca
te apartes de los sueños ni un instante.
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