Un ejemplo claro es cuando una pareja que ha tenido problemas decide tener un hijo para probar si éste los une. El hijo traerá armonía, pero el problema persiste porque no extravío en el hecho de no tener hijos, sino se extravío en la pareja misma. No fue posible encontrar en un niño lo que se perdió en un mal noviazgo o en una relación que se ha deteriorado.

En su deseo por ser feliz el hombre va por la vida tomando decisiones, y su búsqueda se puede convertir en una maravillosa experiencia o en una absoluta frustración.

El éxito de esta búsqueda dependerá del lugar donde busquemos, pues es incorrecto pensar que por sólo desear y buscar vamos a conseguir nuestro objetivo.

Una metáfora o un ejemplo con lo que ésto se puede comprender es lo siguiente: los alumnos quieren sacar buenas califaciones y depende de la estrategia que elaboren para lograrlo, y sólo lo lograran aquellos que ocupen la estrategia adecuada. No basta con querer hacerlo, sino trabajar para lograrlo.